Komunikabidea: Diario de Noticias

Las campanas de la iglesia de San Miguel de Aoiz tocaban ayer a día grande y un año más se cumplía la tradición del domingo de fiestas: procesión, danzas y encuentro de comparsas amigas.

Las miradas siguen a los gigantes agoizkos mientras cogen sitio en el centro de la iglesia para bailar el vals. (OSKAR MONTERO)

La comitiva: dantzaris txikis y gaiteros, Comparsa de Gigantes y Cabezudos, Corporación Municipal y Banda de Música Mariano García se detuvo ante la Coral San Miguel que esperaba puntual en la calle para el saludo, Agur Jaunak, con la ofrenda floral que brinda desde hace 25 años, según recordaba su presidente, José Antonio Arlegi. Los últimos cinco la formación se hace acompañar en este gesto por Agoizko Txistulari Taldea: Carlos Villanueva (Txako), Amaia García, Amaia Arlegi, Saioa Gamio e Imanol Elizari.

A la vuelta, entonaba La Jota al Patrón Javier Erdozáin con Marisa Burguete a la guitarra y Pedro Urabayen al acordeón. Desde hace tres años, el momentico jotero concita cada vez a más gente desde que decidió salir a cantar al santo a su paso en la procesión.

De vuelta a la iglesia, La Misa de la Vela del compositor agoizko Mariano García sonó tal vez con mayor intensidad y emoción, procedente del coro en el que la coral local la interpreta ininterrumpidamente desde los primeros años ochenta. Aoiz sabe que es un lujo contar con ella que anda inmersa este año en la celebración de su 75º aniversario.

“Tener una coral es un prestigio para cualquier pueblo y son muy pocas las que llegan a cumplir los 75 años”, apuntaba de víspera su directora, Aitziber Martxueta.

Del coro al altar se dirigían las miradas para ver el Vals de la Iglesia de la pareja de gigantes agoizkos. Ayer lo hicieron posible Urko Dendarieta y Josu Salinas (sustituía con emoción a Kepa Larrea, que estaba lesionado). Los veteranos de la comparsa local, ambos de 38 años y con 25 a sus espaldas en ella, pusieron en pie al público con su baile precedido y cerrado por el Himno de las Cortes de Navarra, interpretado por Milaur Agoizko Gaitari Taldea: Juanjo Ventana, Lander y Alberto Ibáñez (padre e hijo) con la colaboración de Imanol Mañú y su tuba. Se estrenaba en ello.

“La mezcla de sonidos graves y profundos de la tuba y los agudos de las gaitas combinan muy bien y nos gusta colaborar banda y gaiteros, funciona”, afirmaban. Y a la vista estuvo, dada la gran ovación.

GIGANTADA Y DANZAS. Mientras tanto, más de cien personas pertenecientes a las seis comparsas amigas recorrían las calles agoizkas entre gaitas y gigantes. Después, compartieron una comida en las escuelas.

Ezpelur, de Barañain, era la novedad de este año y con ellos los incondicionales de Cáseda, Tudela, San Jorge, Txantrea y Aoiz. “Aoiz es un punto neurálgico y nos mueve la relación con otras comparsas. Cada una traemos nuestra cultura. Venimos de hermanamiento”, expresaba Tomás Díaz, de Ezpelur.

Finalmente, más de 70 dantzaris de edades entre 6 y 23 años desplegaron su repertorio en la plaza de la Baja Navarra al son de txistularis agoizkos y de los gaiteros de Burlada. Vistosas danzas con sol y viento. Un alivio.

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