Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de asistir en Cantonigròs (Barcelona), a un festival internacional donde pudimos codearnos con grupos de danza y coros de otras partes del mundo, como India, Letonia, China, Rusia, Japón, Italia, Inglaterra y un largo etcétera.

Fueron tres días muy intensos, en los que pudimos relacionarnos con otros grupos de lejanas tierras (en la medida que nuestro lenguaje nos lo permitía) y estrechar lazos con otras culturas. Así pudimos aprender a tocar instrumentos musicales originarios de otras tierras, sacarnos fotos con otros grupos y lo más importante, conocer y aprender a valorar otras culturas.

Sobre el campeonato de danza, lo cierto es que no sabemos en qué lugar quedamos porque justamente nos enteramos quién ganó. La competición no era nuestro objetivo. Como siempre, lo único que intentamos era disfrutar con nuestras danzas y mostrarlas a otras gentes y así lo hicimos. Mientras dentro de la carpa se desarrollaba la competición, nosotros de manera improvisada, al ritmo de txistus y fanfarre, hicimos que la gente se parase a vernos, se interesase por nosotros, nos sacase fotos y durante mucho tiempo nos hicieron corro apoyándonos con sus aplausos. Dejamos claro cómo era la alegría navarra.

Estuvimos tres días haciendo puente entre dos localidades: Cantonigròs y Vic; lugar este último donde teníamos preparado nuestro alojamiento. Y lo primero que saboreamos al llegar a Vic, fue la hospitalidad de las gentes de esa tierra. Todo el barrio donde nos alojamos nos acogió de una manera muy calurosa y nos prepararon un recibimiento que verdaderamente nos sorprendió, con teatro incluido. Intercambiamos palabras catalanas con palabras en euskera, y estrechamos nuestra ikurriña con su bandera catalana, la cual la mostraban orgullosos en muchos de sus balcones. Hicimos muy buenas migas con estos catalanes, ya que nos cuidaron como si fuésemos sus hijos, hermanos y amigos.

Un viaje en definitiva, del cual hemos conocido de primera mano otras culturas de este mundo; un viaje donde hemos dejado un trozo de Aoiz, mostrado nuestra cultura y enseñado nuestra alegría. Pero también un viaje que nos lo hemos tenido que costear nosotros, porque a pesar de nuestra labor, nuestro ayuntamiento no escatima esfuerzos para recortarnos cada vez más sus ayudas.

Oi – dà! Oi – dà!

Bai, bai, hau dena oso polita da, kultura ezberdinak ezagutu ditugu eta jende ezberdinarekin elkartu gara, baina ere esan behar dugu hemen bezala, farra asko egin dugula.

Nola sentitu ginen arraultz bat bota zigutenean kantu hura abesten genuen bitartean edo goizeko seietan ” un bokata de txistorra” entzuten genuenean. Ze katxondeoa hainbat aldiz bidaian entzundako hitz horiek (la port atrancat) errealitate bihurtu zirenean e? Eta gure gida, pan tumaca, konoman, ligeak, gure dutxak eta hainbat gauza gehio.

Bueno ikusi dezakezuenez, oso ongi pasatu genuen baina nork ez zuen bukatu enbutidoz kokoteraino? je,je.

Argazkiak: Amagoia eta Josu L.

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