Cuando el paso que marca una actuación es la ilusión y el esfuerzo, el éxito está garantizado. Ayer el grupo de dantzas Ardantzeta, de Noáin, ejerció de anfitrión en el Dantzari Txiki Eguna que se celebró en el Valle de Elorz y en la Cendea de Galar. El evento reunió a más de 800 dantzaris navarros de entre cuatro y dieciséis años que demostraron, una vez más y aún en tiempos de crisis, que la dantza es cultura. Y que pertenece a todos.

La jornada festiva comenzó con la actuación en Imárcoain, Torres de Elorz, Salinas, Esquíroz y Noáin de los 18 colectivos participantes. Tras el almuerzo, todos los dantzaris, txistularis y gaiteros realizaron un desfile. Encabezaban la comitiva los gigantes del municipio, la pareja de mayordomos Pascacio y Leonor, y los campesinos Miguel y Ángela. Unos metros detrás, le seguían el grupo de dantzas Ardantzeta. Ana Calvo Monreal, de 14 años, llevaba el cartel del colectivo, y junto a ella, Nerea Antuñano Garai, de 14 años, y Jaione Oyarzun Úriz, de 13, portaban la ikurriña y el escudo de Noáin. Tras ellos, cientos de dantzaris, engalanados con sus vistosos atuendos y al ritmo de los txistus, desfilaron desde el colegio público San Miguel hasta la plaza de los Fueros.

Una vez allí, y por orden de llegada, los más de 800 dantzaris se fueron colocando en círculos. Los veteranos del grupo anfitrión, Alberto Domingo y Edurne Zaro, en castellano y en euskera, presentaron el acto. “Si algo nos pertenece a cada uno de nosotros es nuestra cultura. Porque todas las dantzas tienen su historia y toda historia de los pueblos lleva consigo las dantzas”. Tras estas palabras, Domingo recordó la esencia de Ardantzeta: “Nos hemos convertido en una gran familia donde los padres de nuestros dantzaris son una pieza clave en este puzzle”. No le faltó razón.

Durante todo el día, numerosos padres ejercieron como guías de los grupos de dantzaris. Es el caso de Víctor Barandalla, miembro de Elortzibar Euskaraz Taldea. “He acompañado a los dantzaris de Alai Gaztea desde el almuerzo. Mis hijas Tania y Ainhoa bailan en Ardantzeta y todo se ha preparado con mucha ilusión”, explicó Barandalla. Como él, fueron muchos los noaindarras que colaboraron para que la cita se convirtiera en un éxito. “Los portadores de los gigantes van a simular por la tarde un encierro con toricos de rueda, se han organizado talleres infantiles y juegos, el grupo scout Lykos nos ha cedido sus locales para el almuerzo, el colectivo por la igualdad de sexos Comenzar/Hasi nos han ayudado a la hora de servir la comida y el profesorado de la Escuela de Música Julián Gayarre ha interpretado la música de las dantzas”, explicó Zaro. Por citar solo algunos. De ahí que los veteranos dantzaris agradecieran “todo el compañerismo y la solidaridad de Noáin”.

Para un grupo “pequeño”, la idea de organizar el Dantzari Txiki Eguna supuso un reto. “El curso que viene cumplimos 20 años y encargarnos de esta cita ha sido un impulso. Ha sido un triple esfuerzo porque somos un colectivo sin grandes pretensiones y por eso la ayuda de los aitas ha sido fundamental”, subrayó Domingo. Ardantzeta empezó como un cursillo de dantzas y hoy está integrado por alrededor de 100 dantzaris que se dividen en tres grupos, de cuatro a dieciséis años, mayores de 25 años y veteranos.

Tras la presentación, los 18 grupos bailaron agintiarena, txulalai, txontxongilo, zortziko de Lanz y Polka Pit. Posteriormente, se celebró una comida en el frontón del colegio a la que asistieron 250 niños y 200 adultos. Por la tarde, se organizaron conciertos y actividades infantiles. El Dantzari Txiki Eguna finalizó con el baile de la Era. Al futuro de la danza navarra no le falta ilusión.

Argazkiak: Idoia eta Jokin
Komunikabidea: Diario de Noticias
Bideoa: Nafarroako Euskal Dantzarien Biltzarra

Comments

No comments yet. Why don’t you start the discussion?

Utzi erantzuna

Gune honek Akismet erabiltzen du zaborra murrizteko. Ikusi nola prozesatzen diren zure erantzunen datuak.