Sonrió, saludó sin parar, cantó y hasta brindó con vino por su 100 cumpleaños. Pedro Goñi Erviti, maestro durante décadas de cientos de vecinos de Aoiz, es una de esas personas que pueden considerarse emblemáticas en la villa. Quien no lo tuvo como referente en las aulas, lo recuerda caminando a paso ligero con sus zapatillas deportivas por los alrededores de la localidad, o conduciendo con prudencia su clásico Seat 850. El martes, con motivo de su centenario, recibió decenas de visitas y felicitaciones, y se mostró muy agradecido con todos. A sus 100 años, presenta una salud de hierro (a excepción de una sordera) e inquietudes intelectuales.
“Cada noticia que considera interesante en el periódico, la recorta y la guarda dentro de un libro. Siempre sabe dónde, ¡y tiene miles! Lo malo es que muchas veces lo hace antes de que lo hayamos leído los demás”, confesaba el martes entre risas una de sus hijas, Nati Goñi, en cuya casa reside desde hace unos años junto a su mujer Alejandra Idoate Vizcay, que en junio cumplirá 99 años. El matrimonio se casó en 1942, hace 72 años, y tiene 2 hijas (Carmen y Nati), 4 nietos y un biznieto en camino.
Don Pedro, como muchos le conocen en señal de respeto, nació en Aoiz un 13 de mayo de 1914. Tras la Guerra Civil pudo hacer oposiciones y obtener plaza de maestro. Ejerció durante unos 40 años en destinos como Petilla de Aragón, Sartaguda, Areso o San Martín de Unx, hasta recalar en Aoiz hace 63 años. “Viajaba la familia con él allá donde fuera. Y no eran tiempos fáciles. Nada más casarse tuvo que ir a Petilla, donde no había agua ni luz, y a donde se llegaba en burro desde Sos del Rey Católico”, repasaba el martes su hija Nati Goñi.
En Aoiz, era uno de los 6 maestros de las escuelas unitarias que se encontraban en el edificio del Ayuntamiento. Había dos clases de párvulos, 2 de chicas y 2 de chicos. “Dando clases a chavales de 6 a 14 años, compartió muchos años con su compañero maestro Antonio Pérez”, dijo.
“Su gran ilusión fue contar con un nuevo colegio en condiciones para Aoiz, y así lo peleó desde el consistorio, en el que fue concejal. Pudo dar clases al final de su carrera en el nuevo centro, abierto hace 37 años y en el que también fue director. Las diferencias eran claras. Antes pasaban frío (sólo tenían un lote de leña para la semana) y salía humo de la estufa, había pocos medios, muchos alumnos por clase, hasta 60…”, recordaba su hija.
PASEO DIARIO DE 1 HORA
Hoy en día, con 100 años, Pedro Goñi se mantiene “muy activo” y con una disciplina casi alemana. Se levanta a las 9 y desayuna. A las 10 escucha misa con su mujer, y después hace gimnasia y una hora de paseo en soledad. A mediodía, oye misa en televisión y después lee la prensa. Tras la comida y la siesta, realiza todo tipo de actividades (colecciona monedas, sellos, noticias de interés…), lee y escribe, a la espera de ver el programa televisivo Pasapalabra y de cenar.
Entre las visitas que tuvo el martes, no faltaron los representantes del Ayuntamiento, que le entregaron un libro de El Greco, y del club de jubilados San Miguel, que le obsequiaron con otro libro y una placa “en recuerdo y reconocimiento a su dedicación ejemplar”.
Kazetaria: Aser Vidondo
Komunikabidea: Diario de Navarra