Levantó los brazos. Miró unos segundos al cielo y proyectó en sus ojos la sonrisa de Mikel Mañú. Fue la celebración del segundo gol del Atlético de Madrid en el partido de Liga de Campeones ante el Austria Viena. El gesto de su autor, Raúl García, recordando a un niño de Aoiz de 11 años que falleció el 24 de octubre como consecuencia de una leucemia.
Se lo había prometido a sus padres. Dice el futbolista que es lo poco que podía hacer después de un desenlace tan cruel. Pero él ya había hecho mucho desde meses atrás. Era octubre de 2012. Y tanto Raúl García como su novia Inés se volcaron con el chaval.
Nada les unía anteriormente. No se conocían. Nunca se habían puesto en contacto. Pero la historia de Mikel encoge el corazón de cualquiera. También si el que la lee se llama Raúl García y es profesional. La relación la inició de forma anónima una chica de Aoiz. “Por lo que me llegó, ella contó la historia de Mikel en el Facebook de Raúl García y el jugador no tardó en hacerle llegar al chaval a Aoiz una camiseta del Atlético firmada por toda la plantilla”, comenta Luis Ángel Mañú, padre de Mikel. Así se inició una amistad que creció con el paso de los días y se consolidó en Madrid, donde Mikel estuvo ingresado en el hospital para ser tratado de su enfermedad. Una relación especial. Pero demasiado corta.
“Hemos convivido con Raúl mucho tiempo durante la estancia en Madrid. Se entendía muy bien con Mikel y la verdad es que es un chaval de admirar. Es muy grande, tanto él como su novia. Estamos muy agradecidos porque le han hecho feliz”, comenta el padre de Mikel.
Visitas, llamadas telefónicas, mensajes a través del Whatsapp… Raúl García e Inés nunca dejaron solo a Mikel. “Son dos personas espectaculares. De admirar. Todo corazón. Muy grandes. Han sido un apoyo grande para Mikel y para nosotros cuando estábamos en Madrid, porque nosotros allí no tenemos familia. Siempre que podía acudía a visitar a Mikel y ellos hablaban de sus cosas, se reían y hacían planes”. Inolvidable.
Pronto Raúl García se convirtió en el ídolo de Mikel, tanto por sus cualidades como futbolista como por sus virtudes como persona. “Veíamos los partidos del Atlético y después ellos, cuando estaban juntos, comentaban las batallitas del fútbol. Mikel le preguntaba si le habían hecho daño en alguna patada que había recibido en un partido, le comentaba alguna jugada concreta… Le encantaba el fútbol. Y Raúl ha estado siempre a su lado hasta el último momento siempre con toda su discreción”.
Raúl García vivió una experiencia enriquecedora junto a Mikel y lo dio a conocer en la noche del miércoles, en el programa de radio El larguero, cuando le preguntaron por la dedicatoria del gol. “A Mikel lo conocí hace un tiempo. Llevaba dos años visitándole con mi novia y aprendiendo mucho tanto de sus padres como de él, porque son gente de admirar y la verdad es que a veces la vida no es justa”, lamentó el jugador navarro del Atlético.
El padre de Mikel no se sorprende al escucharlo. Ha tenido la suerte de conocerlo. “A pesar de tener solo once años, mucha gente nos decía que tenía una mentalidad de un niño más mayor, de 15 ó 16 años. Se expresaba bien y daba gusto hablar con él. Tal vez por todo lo que le había tocado pasar había madurado mucho. Y era un chaval muy alegre. Siempre estaba contento. Y era muy fuerte”.
Así lo recuerdan también en Aoiz, donde consiguió unir a todo el pueblo por su causa. Recibió homenajes desde el equipo de fútbol en el que jugó hasta los 10 años, el Aoiz, desde el club de pelota y distintos colectivos culturales de la localidad. “Se agradece mucho. Tanto las muestras de apoyo como los ánimos a través de llamadas y redes sociales. Queremos agradecer a Paco Oyarzun y familia por su dedicación con nosotros en Madrid y a todo el pueblo de Aoiz. Ha sido un año de lucha continua desde la recaída y todos los detalles son muy sentidos y sólo podemos decir gracias”.
Komunikabidea: Diario de Noticias