Garriz-Eugi se hicieron con el campeonato de pelota que terminó con la final que se celebró el Viernes Santo.
Previo a la final se disputó un partido por el tercer y cuarto puesto entre los Mañús y la pareja sustituta de Garriz-Lakunza que fue Mikel Beroiz y Fu. Lo intentaron los sustitutos, pero los Mañús que al final levantaron el bronce, se adelantaron rápidamente en el marcador y luego se limitaron a administrar su ventaja que Mikel y Fu se esforzaron por minimizar durante todo el partido. Buen partido al final con grandes pelotazos de los zagueros destacando sobre todo Mikel con un estilo bonito con las dos manos y una potente pegada desde abajo. Este partido calentó el ambiente, y la lluvia y la suspensión de la procesión, hicieron que se reuniesen unas 200 personas para ver la gran final.
Garriz-Eugi se enfrentaban a la pareja de Unciti, que se presentó en la final sorprendiéndose incluso a ellos mismos. El partido que duró unos 45 minutos tuvo dos claras partes, una primera en la que el marcador, inexistente, fue igualado y una segunda en la que los de Unciti perdieron la concentración en los tantos finales. Aitor, el zaguero de Unciti, controló la pegada del cañonero de Aoiz que, de no ser zurdo, habría sufrido con las ajustadas pelotas que Aitor le mandaba. Cuando Garriz quería descargar de trabajo a su compañero, lo tenía que hacer lejos y fuera de sitio como para hacer mal. Aún así el desequilibrio vino en los cuadros delanteros cuando Ismael Gárriz bajó algunas pelotas a la chapa, que ajustadas y violentas Iosu no pudo devolver. Los cuatro rindieron a gran nivel siendo un partido en el que no se arriesgó mucho y acabó en un justo y bonito 22-14 que el público agradeció jaleando.
Este tipo de campeonatos puede ser una bonita y barata alternativa para rellenar espectáculos en fiestas.