Ermitas de la villa de Aoiz (3ª parte – Ermita de San Salvador)

En los términos de la villa de Aoiz, estuvo situada la ermita más antigua de las que en sus inicios disponemos información, con un limitado soporte documental. Es un folio del Becerro Antiguo del scriptorium de Leire, fue transcrito en el siglo XII, y se conserva en el Archivo General de Navarra, donde obtenemos esta información. Lo escrito en la parte superior de este documento, corresponde al rey Sancho III el Mayor, rey de Navarra. En la inferior otra reseña, para nosotros importante.

En la misma aparecen varias referencias, que se sitúan temporalmente en el siglo XI, y se refieren a la existencia de un pequeño monasterio dedicado a San Salvador de Zalurribar, situado en la orilla izquierda del rio Irati, junto al puente medieval. Posiblemente fue el primer centro religioso de la villa de Aoiz.

Cuenta la historia que ese monasterio era patrimonio real, y propiedad de los reyes de Navarra, D. García III Sánchez (el de Nájera) y de su esposa Estefanía de Foix Bigorre. Las mismas fuentes mencionan que los citados reyes, estaban prendados de un caballo llamado Ozzaburu, propiedad de un vecino noble de Aoiz, de nombre Fortún López. Según estos datos (año 1042), acordaron cambiar el caballo del citado noble, por el monasterio. Con posterioridad, este noble, terminó por donar en el año 1052, el recinto religioso y todas sus propiedades, a los monjes benedictinos del monasterio de Leire.

Documento SITNA del año 1929, donde se observan las paredes de la ermita de San Salvador

Las primeras noticias documentadas sobre esta ermita de San Salvador, las situamos a mediados del siglo XVI, donde el notario García de Zabalza escritura un testamento en la villa de Aoiz, el domingo 23 de agosto de 1559. En este documento, Catalina de Murillo esposa de Miguel San Juan de profesión sastre, entre sus últimas disposiciones manifiesta que es su voluntad, que a su muerte: se entreguen a la Iglesia de Aoiz, dos manteles nuevos, una libra de aceite a la ermita de San Román, y dos libras de aceite a la ermita de San Salvador.

Esta referencia y otras que serán parte de este trabajo, determinaron nuestro interés por conocer si quedaba algún vestigio de la ermita, al tener constancia de que en nuestros años de juventud, habíamos estado varias veces en unas ruinas situadas, donde de manera genérica se suponía su existencia.

Con ayuda del Sistema de Información Territorial de Navarra (SITNA), hemos explorado la posible posición de la ermita de San Salvador, y hemos obtenido una referencia que corresponde a la situación de este lugar, obtenida por medio de un orto foto del año 1929. En la misma se observan dos muros paralelos que podrían ser las paredes laterales de esta ermita.

En la actualidad el lugar está situado entre dos propiedades cerradas, y está totalmente cubierto por una masa vegetal de arbustos y árboles. Una visita al referido lugar y una limpieza somera, nos presenta unas difusas líneas de piedras, que podían ser los cimientos de la edificación. Las paredes han desaparecido.

Recomendamos para corroborar el hallazgo, realizar una limpieza a fondo del lugar, e intentar recuperar lo que se pueda de estas ruinas. De esta manera se confirmaría nuestra investigación como interesante, y así conocer la historia, de uno de los lugares importantes del patrimonio cultural de nuestra villa.

En los inicios del siglo XVII y en fechas posteriores, encontramos amplia información sobre sucesos, que hacen referencia a la historia de esta ermita. Una primera noticia la obtenemos en un documento del Archivo Diocesano de Pamplona, designado como cartón 239, Nº 57 correspondiente al año 1611. Esta información hace mención a unas obras realizadas en la ermita de San Salvador, por Sancho de Zubiri, fustero (carpintero), residente en la villa de Aoiz, el cual reclama el importe de ellas a Juan de Raxa, vecino de la misma villa y administrado-ermitaño de la citada basílica-ermita.

Para el pago de estas deudas, Juan de Raxa dispone del cobro de 30 ducados de deudores particulares, de entre los que se encuentra su hermano Fermín de Raxa abad de Aizcurgui. Este presbítero le adeuda a su hermano, el importe de 50 cántaros de vino a razón de 11 tarjas el cántaro, los cuales se obligó a pagar en trigo, o en dinero, para el mes de agosto del año 1610. Sancho de Zubiri reclama al abad de Aizcurgui, que le pague el débito que tiene el ermitaño- administrador de San Salvador.

Como no quiere el abad de Aizcurgui, hacer esta compensación de estas deudas, se plantea un conflicto que deben de resolver los tribunales de Justicia de la propia Iglesia. Interviene el Doctor Juan de Zalba oficial del obispado de Pamplona en representación de D. Antonio Venegas de Figueroa obispo de dicha ciudad, y se dirige a D. Fermín de Raxa: que por esta presente orden, dentro de los próximos seis meses, bajo pena de excomunión, pague a Sancho de Zubiri, las obras realizadas en la ermita de San Salvador.

Tiene que hacer una cesión y traspaso de 11 ducados y 9 reales, que le debe a su hermano Juan de Raxa, que equivalen a la deuda de 50 cántaros de vino que le proporcionó. La sentencia se ejecuta y se realiza el pago, en la ciudad de Pamplona el 22 de septiembre de 1611. Firma el documento, el doctor D. Antonio de Balanza oficial principal del obispado.

Documento(en rojo), de la situación en 2019 del lugar donde se situaba la ermita de San Salvador

Conocemos más detalles sobre este suceso, que se recogen en acta notarial de Carlos de Lesaca y Monreal vecino de Aoiz, cuya fecha corresponden a documentos de los años 1603-1616, que se conservan en la caja 10970 del Archivo General de Navarra.

Esta información para el pago de las obras realizadas en la ermita, se complementa en fecha del 20 de abril del año 1613, en la cual los maestros ensambladores Fernando de Munuce vecino de Aoiz y Joan de Huarte residente en lugar de Nagore, son nombrados para ver y estimar la obra que ha realizado Sancho de Zubiri, a petición de Juan de Raxa.

Según el acta notarial se han realizado obras en el suelo de la sala donde comen los cofrades y en el coro, además de unos remiendos generales. Uno de los maestros Fernando de Munuce, es nombrado por Juan de Raxa y el otro Joan de Hugarte, por Sancho de Zubiri. Estos dos revisores estiman el valor de dichas obras en 70 ducados y 7 reales. Esta valoración la recoge el acta notarial a petición de del ermitaño, que encargó las obras, y del ejecutor de ellas el maestro Sancho de Zubiri.

Este segundo documento notarial que nos proporciona conocimientos, sobre la ermita de San Salvador, complementarias del obtenido en el proceso ante las autoridades eclesiales, que hemos transcrito del Archivo Diocesano de Pamplona.

Otra de las informaciones que exponemos sobre la ermita de San Salvador, aparece documentada en fecha 18 de junio de 1612, en un acta notarial realizada por el escribano Martín de Alli de la villa de Aoiz, que se encuentra recogida en la Caja 10959 de los años 1606-1609 del Archivo General de Navarra.

Acta notarial de Martín de Alli sobre los acuerdos de conciliación en la ermita de San Salvador

Este documento corresponde a un acto de concilación entre Lope de Armendariz vecino de la villa de Aoiz y Juanes de la Libra menor, residente en la misma villa. Se relata que en el domingo anterior a la fecha de este documento, se dijeron entre ambos palabras de enojo y de amenazas, que han motivado muchas tensiones entre las familias nobles de ambos, que se tratan de solventar sin acudir a los Tribunales de Justicia. En esta situación el escribano a petición de personas principales de la villa, reune en la citada ermita de San Salvador a los dos agraviados, y solicita se perdonen y prometan guardar estos acuerdos de conciliación: so pena de dos mil reales aplicados conforme a las leyes del Reino. Se inscribe este acuerdo en documento realizado ante testigos, y firmado por el notario Martín de Alli.

Otros hechos que relatamos a continuación, se refieren al nombramiento de ermitaño de la basílica de San Salvador, que se realiza con fecha 2 de Marzo del año 1650, y se inscriben entre las actas notariales de Andrés de Alli, ejerciendo profesión en Aoiz, conservadas en la caja 10993 de los años 1650-1653 del Archivo General de Navarra.

El nombramiento lo realiza el ayuntamiento de la villa representado por D. Francés de Verrio, dueño del palacio de Gurpegui como alcalde, Carlos Ibañez, regidor cavo, Joan de Irigoyen mayor y Joan de Arrieta, alcalde y regidores de la dicha villa, y dijeron sus mercedes: que para la basílica de San Salvador de la dicha villa, habiendose juntado en su casa vecinal sus señorías, con la mayororía de vecinos del concejo, la mayor parte hizo nombramiento de Pedro de Luys como ermitaño, con las condiciones que tendría de reparar la casa y basilica, y rozar un padacico de faitía, que en su día comenzó Sancho de Uli, el último ermitaño de ella.

Documento del nombramiento de ermitaño de San Salvador por el ayuntamiento de la villa de Aoiz

Y que haya de tener y tenga amejoradas y no apeoradas las viñas que tiene dicha basílica en los términos de dicha villa, y haya de vivir y dormir en ella todo el tiempo.

Con estas condiciones esenciales, por la facultad que tienen los regidores de la villa y de la mayor parte de los vecinos, se hace constar en un documento ante el escribano, de fecha 27 de febrero de este año, en el que se nombra como ermitaño a Pedro de Luys. Este clérigo aceptó el cargo, y se obligó con todos los gravámenes que se le imponen, incluso la posibilidad de ser cesado, en caso de incumplirlos.

Por otra parte el nuevo ermitaño dijo: que desiste y se aparta del nombramiento que se le hizo por parte del ayuntamiento y concejo de la villa de Aoiz, del mismo cargo de ermitaño de San Lorenzo, y les entrega las llaves, para que los citados poderes de dicha villa procedan a realizar el nombramiento que se acostumbra de esta dicha ermita.

Una vez nombrado a Pedro de Luys, ermitaño de San Salvador, piden y suplican al Sr. Vicario General, y a la persona o personas que han de aprobarlo, lo examinen, y hallandole capaz, le den el título de ermitaño de este recinto sagrado.

En esta escritura se manifiesta: que las dos viñas de esta basílica, son de una extensión de dos y diez y seis peonadas, que se le entregan bien trabajadas y en estado de poder arrendarlas a medio ducado la peonada. Y se obliga el dicho Pedro de Luys con su persona y todos sus bienes, de que las tendrá amejoradas y no apeoradas. Tambien que labrará la faitía que queda del comunal, que pertenece a dicha ermita.

Concluye el documento: Y con las dichas condiciones, así lo otorgaron dando todo su poder cumplido a todos los jueces y justicias de su Majestad Real, ante la cual esta escritura se ha presentado y piden su cumplimiento. Y asi lo otorgaron siendo de ello testigos Joanes de Uli e Irigoyen vecino de dicha villa y Miguel de Olaberri morador de ella, y firmaron los que sabían con mí el dicho escribano Andrés de Alli.

Otra serie de documentos interesantes, nos permitirán en un nuevo trabajo, continuar con la historia de la ermita de San Salvador de la villa de Aoiz.

Josetxo Paternain

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