Aoiz ahonda en los secretos de la ermita donde agramonteses y beaumonteses firmaron la paz

Cuentan las crónicas históricas que Aoiz fue pieza clave en la firma de la paz entre dos bandos irreconciliables en el medievo. Agramonteses y beaumonteses, enfrentados durante decenios por diferencias en torno a la sucesión de la Corona del Reino de Navarra, acordaron una tregua en 1479 en esta localidad. Y lo hicieron con la ermita de San Román como testigo, a 2 km del casco urbano. Al favorecer este hecho histórico, la princesa regente, doña Magdalena, otorgó a Aoiz el título de Buena Villa con asiento en Cortes, exenciones fiscales y la posibilidad de celebrar un mercado mensual. Y en 1494, su hija doñaa Catalina y su esposo don Juan de Albret confirmaron estos privilegios y concedieron asimismo un escudo con dos espadas (reflejando las dos que habrían clavado en el suelo, en señal de paz, ambos bandos) y una corona real, símbolo que, más de cinco siglos después, sigue representando a Aoiz.

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