Sangüesa, un ejemplo de amistad

«Los encuentros de dantzaris de la Merindad de Sangüesa ya se celebraban en los años 70, tienen solera», recordaba Juan Pedro Aramendia García, sangüesino de 77 años e integrante del grupo Rocamador de Sangüesa desde sus comienzos. A este, como anfitrión, se unieron en esta ocasión los grupos de dantzaris de Aoiz, Noáin (Ardantzeta) y Burlada (Larratz), que junto a tres grupos de gaiteros y los txistularis de Rocamador, unas cien personas en total, ofrecieron una kalejira y un festival de danzas a última hora de la tarde en El Prau. «Se busca resaltar la faceta cultural de la merindad, la del folklore. A la gente le gusta mucho verlo y entre los grupos nos llevamos muy bien», refería Aramendia.

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