Travesía Monte Rosa (Día 7)
La lluvia que nos amenazaba ayer, hoy ha hecho acto de presencia, bueno más que lluvia ha sido nieve. Esto ha truncado los planes de las alpinistas. Saioa, Josean, Ainara y Mario han tenido que desistir de su ascensión al Breithorn. Para iniciar el descenso hemos tenido que esperar a que escampara, alrededor de las 9:00 todo el mundo para abajo.
Entre nubes y claros, hemos ido descendiendo poco a poco con la esperanza de que en algún momento las nubes nos permitieran ver el Matterhorn. Llegando a Zermatt casi lo hemos visto en su totalidad.
Un aspecto a destacar ha sido la tecnología desplegada en todo momento, con los relojes que anuncian curva a derecha o curva a izquierda e incluso avisan del riesgo de tormenta.
Por fin, tras verla cultivada en muchísimos sitios del recorrido, hemos podido ver en su forma salvaje la Leontopodium Alpinum o flor de la nieve, también conocida como Edelweiss.
Después de estos días en la montaña donde hemos estado como en familia, la llegada a Zermatt ha sido todo un contraste. Este pueblo casi peatonal donde circulan pocos coches y la mayoría eléctricos, está lleno a rebosar de turistas y tiendas caras. Pero la verdad es que es muy bonito.
Intentando aguantar el calor, hemos cogido el tren y para los apartamentos. Esta vez, se han cambiado las tornas, y las que empezaron en el campamento pobre han acabado en el rico y viceversa. Ahora toca descansar, pero antes hemos hecho la gran colada para quitar los olores de la montaña.
Para finalizar el día, después de una buena ducha en mucho tiempo, hemos estado comentando los mejores momentos de la travesía entre cervezas, pizzas y helados. Mañana acabaremos esta aventura con la guinda del pastel.




