Noticias sobre la finalildad del humilladero en la villa de Aoiz de tiempos medievales a la actualidad

Desde los primeros siglos medievales, La Cruz apareció como símbolo cristianizador de monumentos y vestigios romanos e incluso anteriores, en zonas sobre todo donde la romanización fue más superficial y ni siquiera alteró el ritmo de vida, como ocurrió en las regiones montañosas en todo en norte de España. También desde muy temprano, se levantaron cruces en los caminos con el fin protector al mismo tiempo que indicador, traduciendo de esta manera la costumbre antigua de marcarlos con imágenes u otros símbolos (ejemplo Hermes, el dios de los viajeros). En España hay documentos de los siglos IX al XII, hablando de este tipo simbólico de cruces.

Ejemplo de una imagen de una Cruz sobre pedestal, un Humilladero a la entrada de una población

También es cierto que el Camino de Santiago estuvo jalonado en todo su recorrido por humilladeros, es decir, la cruz almenada sobre un pedestal y unas gradas como representación abstracta del Calvario, donde se postraban los peregrinos para pedir la protección divina, en un viaje lleno de posibles peligros. La Cruz era la señalización del camino y la confianza de no saberse abandonado.

Pero la mayoría de los cruceros, incluso en el Camino de Santiago, y su área de influencia no son tampoco románicos, sino del gótico en adelante. Bajo esta nueva religiosidad, que caló hondo en el corazón del pueblo. Hemos de encontrar muchas manifestaciones de su devoción con pervivencia a través de los siglos. Se levantaron humilladeros, en cada región con sus propias características, obedeciendo a razones de índole variadísima: cumplimiento de una promesa, súplica de la bendición divina para la hacienda, recuerdo de una muerte trágica; y es entonces donde aparecen en los lugares más diversos. Son los caminos, atrios de las iglesias, en las plazas, en los orillos de los campos o sobre una roca, como testimonio de algún hecho importante.

A esta iconografía y a esta devoción predicada por los franciscanos corresponden los humilladeros de los diferentes lugares del norte del país, como es el caso de Navarra. A veces se halla la cruz sola, pero por lo general y resulta su característica más destacada, lo que son pequeñas capillitas de diversos materiales en la mayoría de los casos, aunque los hay más pobres de sillarejo o mampostería.

Ejemplo de humilladero, en forma de capillita con cubierta de protección y figura de Cristo crucificado

El tejado a dos aguas puede contener en el vértice frontal, a veces una pequeña cruz metálica y se puede acompañar el conjunto con alguna inscripción relativa a su dedicación.

La localización de los humilladeros es principalmente en los valles, de pie o a lo largo de los caminos, pidiendo al que se desplaza ante ellos, una oración para quien los levantó, indicando además en algún caso los términos entre un municipio y otro. Tal diversidad y tipología de las cruces, ha dado pie para contemplar este trabajo esencialmente, a la más típica, rica y numerosa de sus manifestaciones, se trata de las cruces de piedra sobre pedestal con abundante labor escultórica en ambos elementos.

Humilladero, provine del latín “humilde, humildad” y tenía mala fama, por hallarse en su mayoría en lugares solitarios y de ahí la frase “llevar al humilladero”. Hizo también a veces, función de justicia, pero siempre fue un lugar devoto, que se solía enclavar a la entrada o salida de los pueblos o junto a caminos. Estas cruces o pilares tienen significado diverso, en algunos casos servían de “rollo”. Según aportaciones de mi amigo y compañero de investigaciones, Aimar Egíluz, este concepto de “rollo” es una columna generalmente hecha de piedra y normalmente rematada por una cruz o un orbe. Representaba la categoría administrativa del lugar, levantándose sólo en villages. Picota es símbolo de jurisdicción penal. En ellos se colgaban los cuerpos de los condenados para ser expuestos a la vista de los vecinos, para recibir su castigo. En otros lugares estaban cerca de donde la gente arrojaba la basura (muladares) para que dejaran de hacerlo. En cualquier caso, cuando una procesión llegaba a su altura las personas se arrodillaban (se humillaban) para dejar constancia del significado del monumento.

Con respecto a este tipo de monumentos, hemos localizado en los documentos consultados en el A. G. N. una amplia información sobre ellos, de lo que exponemos a continuación un resumen de lo verificado, para dejar constancia de sus características y ubicación en los términos de la villa de Aoiz.

Documento del notario de Aoiz Martín de Allí. Caja nº 10996/1. De los años 1664-1666

Este primer documento de referencia corresponde a las informaciones que nos proporciona el escribano Martín de Alli y que hemos revisado en la caja nº 10996/1 de los años 1664-1666 dentro de la documentación del A.G.N. En varios documentos de esta caja se relaciona una comunicación que especifica las obras a realizar en el humilladero situado en la villa Aoiz.

De forma resumida, el documento expone: “En la villa de Aoiz a 5 de agosto del año 1664, ante mí el presente escribano y de los testigos abajo nombrados, constituidos en persona los Señores Alcalde y Regidores de la dicha villa de la una parte y de la otra León de Ayanz maestro cantero vecino de la villa de Urroz, quien dijo que estando encendida candela dentro de la Casa Consistorial de la dicha villa, para el remate de las obras del humilladero, en la forma que se contiene en el auto de postura del 22 de julio pasado, y ofreció que haría las dichas obras de la dicha forma y con materiales y traza que se contienen en el dicho auto, por la cantidad de 69 ducados pagados aquellos, la mitad para el día de San Bartolomé, que primero viene que es cuando se ha de comenzar la dicha obra, y la otra mitad que son 34 ducados y medio cuando se acabara la dicha obra. Y con las demás condiciones contenidas en el auto de postura. Por tanto, certificado de su derecho dijo que de obligaba y se obligó con su persona y todos sus bienes habidos y por haber, a que hará las obras y reparos del dicho humilladero, en la forma y materiales que se contiene en el dicho auto de postura, para el doce de octubre que primero que viene sin más dilación, para que no cumpliendo puedan a su costa hacerlo hacer los dichos Alcalde y Regidores, a los oficiales que les pareciesen en la forma sobre dicha. En esta escritura, el dicho León de Ayanz dio y presentó por su fiador y llano pagador y cumplidor a Juan de Alonso vecino de la villa de Urroz.

Continua el documento sobre el contrato de realización de las obras del humilladero de la villa, entre sus autoridades y el maestro cantero León de Ayanz vecino de la villa de Urroz, siendo testigos del mismo Fermín de Turrillas, vecino de dicha villa y Lope de Cizur, nuncio de ella».

Continuando con la información de las obras en dicho humilladero, hemos examinado y transcrito un nuevo documento realizado en la villa de Aoiz, de fecha 28 de mayo de 1665, en que ante el escribano Andrés de Alli, “se reúnen las partes alcalde y regidores de la misma y León de Ayanz vecino de Urroz maestro cantero, en donde declara el hecho notorio de que él mismo ha acabado y puesto en perfección todas las obras que tomo a remate, las señaladas del humilladero que la dicha villa tiene en el camino que se dirige al lugar de Ecay, el día 20 de agosto más cerca pasado. Y porque conforme las condiciones contenidas en la escritura, que dijo se hicieron por presencia del escribano infrascrito, es necesario se revisen dichas obras por oficiales nombrados por ambas partes, en donde digan y manifiesten, si aquellas están en su conformidad con lo que se contiene en el acto de postura del 22 de julio del mismo año, y con los materiales, perfección y hechura señalada”.

Una vez acabadas las obras, como se ha manifestado, se nombra por parte del alcalde y regidores de la villa a Pedro de Villanueva maestro carpintero, porque sabe y entiende de dichos oficios. Y hallándose presente el dicho León de Ayanz, dijo que de su parte también nombra a Pedro de Villanueva para que en nombre de ambos haga revisión de las obras.

Humilladero de Tudela. Está situado en la entrada de la ciudad en el paraje denominado Tras Lapuente. Restaurado recientemente

Continuando con el proceso, se presenta otro documento en el que se especifica la contenidas en el auto de postura. Se señala que “en la villa de Aoiz, a 28 del mes de mayo de 1665, ante mi presente escribano y testigos abajo nombrados, pareció presente Pedro de Villanueva vecino de la dicha villa, nombrado por los alcaldes y regidores de la dicha villa y León de Ayanz, para que viera y reconociera las obras para la verificación y remate que se han realizado en el humilladero de la dicha villa, quien habiendo visto las condiciones contenidas en el auto de postura y recorriendo las mismas y habiendo considerado el certificado de manos del escribano dijo que las ha visto el certificado de manos del escribano”. A continuación, hace una serie de consideraciones respecto al estado final de la obra, con alusiones a ciertos aspectos que considera deben solucionarse por no encontrarlos bien realizados. Menciona los cuatro pilares a completarlos, aunque los cimientos están bien asentados, indica que hay que reponer el tejado con nuevas tejas, y otros varios detalles que omitimos. Al final dijo “daba por bien y perfecto el uso de materiales y con los doce reales pagados por ambas partes y seis reales al escribano. Y así lo declaro y firmo con mí el escribano. Firmado por Pedro de Villanueva. Ante mí, Andrés de Alli, escribano”.

Documento de Pedro de Villanueva donde señala la situación del humilladero, después de realizada la revisión sobre la reparación del mismo, por parte de León de Ayanz, a petición del alcalde y regidores

Después de una primera parte de la consideración del humilladero en general, y de Aoiz en particular, con sus diversas estructuras, vamos a plantear la situación en fechas próximas, una vez constatado su existencia documental en una buena parte del siglo XX.

La ubicación de este monumento en la actualidad nos es desconocida en su materialidad, aunque una serie de noticias obtenidas en diversos documentos del siglo XX, nos dan una buena referencia de su situación en tiempos pretéritos, aunque hayan desaparecido todos los vestigios de su estructura material. La referencia para desentrañar la situación de estos monumentos nos la da la existencia de La Cruz, como elemento esencial de los Humilladeros.

En un documento del notario D. Felipe Flórez López, de fecha 25 de octubre de 1922, se da cuenta de un contrato de compra-venta, en el cual el vendedor D. Félix Zabalza Murillo, mayor de edad propietario vecino de Aoiz, y como comprador, D. Inocencio Ortiz Iribarren, mayor de edad comerciante vecino de Aoiz. En esta escritura se establece que D. Inocencio Ortiz concurre como alcalde de la villa de Aoiz, en nombre del ayuntamiento de la misma, con certificación que se presenta y añade a la escritura. Que el citado, D. Joaquín de Argamasilla es dueño de las fincas rústicas situadas en la jurisdicción de Aoiz. Un total de cinco fincas, los números 1, 2 y 5 en el paraje denominado La Cruz, con diferentes superficies y límites determinados. Los números 3 y 4, en el paraje Gurutzondoa, llamado también La Cruz y Cuatro Caminos. Estas dos últimas fincas limitan al norte con camino a San Juan, al este con vía ferrocarril, antes con La Cruz, y por mediodía con carretera a Pamplona. Que, en la certificación unida a la escritura, el ayuntamiento de Aoiz fue autorizado por la Excelentísima Diputación Foral de Navarra para adquirir dichas fincas descritas, con destino a la construcción de un cuartel para el ramo de guerra. Este destino de estas fincas posteriormente se desestimó, por lo que se inscribieron a nombre del Ayuntamiento y se obtuvo la autorización necesaria para formalizar este documento. El precio de venta fue de 2182 pesetas y 30 céntimos.

La referencia de situación de estas fincas y de otras recogidas en documentos de este notario D. Felipe Flórez López de este municipio de Aoiz, al referirse a los términos de La Cruz, Cuatro Caminos y su acepción en euskera Gurtzondoa, nos lleva a constatar la existencia del elemento esencial, La Cruz, que era parte importante de los Humilladeros, por lo que se puede deducir que en esta zona se hallaba el monumento al que hacemos referencia en este modesto trabajo.

Ejemplo de una imagen de una Cruz sobre pedestal, un Humilladero a la entrada de una población

En otro documento de este mismo notario, D. Felipe Flórez López, de fecha 3 de diciembre del año 1922, se inscribe la venta de las citadas fincas por parte del alcalde de la villa, D. Inocencio Ortiz, en representación de su Ayuntamiento, a D. Marcos Uriarte Biain, casado con Doña Celedonia Martín García, posaderos de Aoiz. El precio de compra de las fincas por el nuevo propietario, es el mismo que pagó el Ayuntamiento al comprarlo.

Presentamos en la figura anterior, la situación de un monumento a la representación de La Cruz en la salida de la villa de Aoiz hacia Pamplona, que bien lo podemos asimilar por su situación, al antiguo Humilladero.

Josetxo Paternain Nagore
Miembro de la asociación cultural HIDEA de la villa de Aoiz