Oídos finos y pan tierno en Aoiz
Un giro de tuerca en el saludable y aplaudido esfuerzo de entretenimiento con que la música asoma cada día en ventanas y balcones de distintos rincones de Navarra. Es “la magia del directo”, que proclama Mikel Villanueva, de la Sociedad Angiluerreka, de Aoiz, la que atrapa oídos y enternece el alma. Tan popularizada como está la dinámica del ocio musical, ofrecida con la mejor de las voluntades y recibida de buen agrado por sus oyentes, miembros de la sociedad idearon al inicio de la cuarentena una versión complementaria que cumple con el requisito del entretenimiento e introduce un aporte original. A la media hora del perceptivo aplauso de las ocho, un músico desafía desde su domicilio a sus vecinos en el descubrimiento de una canción. “Al principio -señala Mikel Villanueva- nos dábamos por satisfechos con encontrar a cinco músicos que quisieran participar. Cual ha sido nuestra alegría que, al cabo de un mes, han pasado ya veintinco”.
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