Alfredo León, eterno aprendiz entre premios

El diseñador gráfico Alfredo León, rodeado de varios de sus carteles en el ‘txoko’ de su casa en Aoiz, donde materializa sus ideas. (MARIAN ZOZAYA)

Nombrar a, Alfredo León Mañú, (arte, diseño gráfico y web) es pensar en imagen, colores y formas. Sus carteles y premios le han dado a conocer fuera de su pueblo, Aoiz, donde reside desde el año 2005, y desempeña además, labores de diseño y comunicación en el Ayuntamiento.

Este agoizko de 43 años tiene reciente el eco de la llamada que le transmitía la concesión del premio del cartel de la Semana Grande de Donosti por su trabajo, Koloretan, un trabajo que muestra con orgullo en el ordenador de su txoko, repleto de dibujos que rebosan fiesta y vida.

Define León su último trabajo como una escena aérea, una amalgama de iconos, en las que se dejan entrever calles llenas de gente y color, actos y figuras festivas. Dice además, que mediante un diseño de aspecto básicamente abstracto, con trazos gestuales y manchas orgánicas, intenta transmitir frescura, dinamismo y espontaneidad. Lo cierto es que la vibrante paleta cromática de la imagen ayuda a que el cartel sea “animado, alegre y veraniego”, adjetiva, y apunta que estos conceptos sintetizan perfectamente lo que es la Aste Nagusia, en opinión del jurado. “Los colores, casi primarios, que he utilizado son muy vivos, y las formas amables del conjunto, incluida la tipografía, dotan de un gran poder de atracción al espectador.

Este premio se suma a los más de cien que tiene en su haber, y para ser el cartel anunciador de la Aste Nagusia donostiarra, no le ha dado mucho dinero, (su cuantía son mil euros), pero si repercusión en este mundo artístico, y la gran satisfacción de saber que será la imagen de la Semana Grande. “Ver por todo Donosti tu dibujo, es un subidón muy grande. Sentir primero, que reconocen tu trabajo, y después, que te conocen por tu obra”, manifiesta.

Aprendiz eterno que sigue buscando, suma varios galardones de estas características: Baiona, 50 aniversario del festival Jazzaldia, Madrid, 4 veces fiestas de Tudela, 3 Estella y Barañáin, 2 Baztandarren Biltzarra, y otras 2, la Jornada de las Verduras de Tudela, por citar algunos. Este año sólo se ha presentado en Donosti y en Aoiz, que aún no se ha fallado. Sin embargo, atesora otros premios que le parecen igual o más relevantes y, sobre todo, le motivan: son los que ha obtenido en campañas sociales, contra la pobreza, o por los colectivos desfavorecidos “Estas causas me exigen pensar y trabajar más. Los carteles de fiestas siempre pueden tener elementos más recurrentes, aunque sin creatividad no hay nada”, matiza.

FIDELIDAD. En su trayectoria artística, tiene Alfredo León una espina clavada: no haber ganado el cartel de las fiestas de San Fermín, a pesar de que se ha presentado varias veces, también en esta última edición, en la que ha sido seleccionado. “La verdad es que hago lo que me gusta, no lo que creo que vaya a quedar mejor. Soy fiel a mi idea. Trabajo igual fotografía que acuarela, que un trazo contínuo. Cambio el estilo, no estoy sujeto a ninguno. Si gano bien, si no, no pasa nada”.

Considera que el suyo es un mundo difícil. “En este tema cualquiera hace y parece que vale, sin embargo, es necesario tener, por ejemplo, criterio tipográfico, de colores, jerarquía de información”. Su sensación es que se está desprestigiando un poco la profesión, muy competitiva. y lo mismo sucede, a su juicio, con los concursos.

EN AOIZ. Hace unos meses que Alfredo León compagina su trabajo de diseñador con labores de comunicación y diseño en el Ayuntamiento agoizko. En Aoiz, son cantidad las personas que piensan en él a la hora de elaborar un diseño.

Realiza también tareas de asesoramiento gráfico. Desde que se instaló definitivamente en la villa, tras más de una década empleado en una agencia de publicidad en la capital, se le ha multiplicado la tarea. “Un Ayuntamiento genera mucho trabajo. Hay que meter muchas horas para diseñar boletines, campañas puntuales, programas, comunicados, etc.”, declara. Al mismo tiempo admite que el marco municipal le ha permitido trabajar en proyectos interesantes para él como diseñador y para la villa, como es el libro de Aoiz, en el que colaboró con un equipo local, (la implicación fue reconocida en su momento por el propio Ayuntamiento. “Me dio la oportunidad de tratar imágenes antiguas y desconocidas, de entrevistar a personas mayores y conocer la vida de antes, la de Aoiz en los años 40 me fascinó. A gusto echaría marcha atrás para poder vivir en el Aoiz de entonces”, exclama. Ahora trabaja en el libro del Valle de Lónguida, no tan denso como el agoizko pero de gran valor documental y fotográfico, en el que también se unen en las maquetas: creatividad investigación, textos e imágenes que ponen en valor su Memoria Histórica.

La profesión de Alfredo León es difícil pero apasionante y muy vocacional. Diseñador, diplomado en empresariales, sabía desde niño que los números se le daban bien, pero su disfrute eran los pinceles. Desde que pintaba en las paredes de los pasillos y hacía las caricaturas del cole, no puede desligarse de su pasión. Pensar y pensar hasta convertir la idea en materia. Tal es el ser exigente y creativo que vive en él.

Komunikabidea: Diario de Noticias

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