Encuentro intergeneracional con más de 200 dantzaris locales de diferentes décadas

Antiguos y actuales miembros del grupo de dantzas de Agoitz ocuparon las calles de la localidad en una jornada en la que se homenajeó la labor que los componentes de este colectivo han venido desempeñando a lo largo de sus sucesivas generaciones. Los actos comenzaron con un desfile integrado por más de 200 vecinos, que partió desde las escuelas municipales a las 18.00, para acabar en el frontón Toki Eder, donde cinco generaciones de dantzaris agoizkos recibieron un pañuelo conmemorativo del acto y fueron los protagonistas de un festival en el que bailaron 20 dantzas.

Rosa Mari Eguaras, Teresa Beortegi y Adela Itxaso todavía recuerdan con emoción sus primeros pinitos en el grupo de danzas. Ellas fueron quienes, junto con otros vecinos, recuperaron un grupo que había quedado disuelto con los primeros coletazos de la Guerra Civil, a pesar de recibir las críticas de algún sector de la localidad, que les “acusaba” de ser “las hijas de los nacionalistas”, a pesar de que, como ellas mismas reconocen, en aquella época no sabían muy bien qué quería decir ese término.

No fueron unos comienzos fáciles allá por el año 1964. Para empezar porque no contaban con apoyo alguno y sólo la labor desinteresada de personas como Paco Urroz, Manolo Reta o el txistulari Patxi Zilbeti –sus primeros mentores- les animó a seguir en la brecha.

Mucho amor propio y ganas de tirar para adelante –se fabricaban los trajes ellas mismas- fueron la receta para llevar a buen puerto un trabajo que se veía recompensado con salidas a otras localidades navarras como Oibar, Garaioa, Orreaga, o incluso Iruñea, para cuyas actuaciones conseguían “engañar a algún que otro novio que tenía coche”.

Su esfuerzo no resultó baldío. Animados por este ejemplo, una siguiente generación retomó el testigo en los locales del antiguo Casino y los vestuarios del frontón, lugares escogidos para los ensayos. Pedro Mari Larrea fue uno de los que decidió integrarse en los primeros grupos de dantzaris txikis allá por 1968, rememorando con cariño el apoyo que recibieron por parte de conjuntos iruindarras como Oberena u Ortzadar, y, especialmente, el acompañamiento de txistularis como Imanol Elizari o el malogrado José Luis de Carlos.

De esa época datan los primeros intentos por ampliar el repertorio del conjunto, con incursiones en archivos musicales, y con descubrimientos tan sorprendentes como que el famoso Baile de la Era era originario de Agoitz, un dato que finalmente corrigieron, a la vista de que prácticamente todas las localidades contaban como propia con esta pieza bailable, debido a su antigua popularidad recuperada en las últimas décadas.

La experiencia adquirida en su primer decenio de vida y la incorporación de jóvenes valores animó a este conjunto local a organizar su primer exitoso festival allá por 1975, concretamente un 27 de septiembre, fecha que coincidió con la muerte de Txiki y Otaegi, un hecho que a punto estuvo de obligar a su cancelación, algo que no se llevó a cabo. Otro hito importante tal y como evocan Juan Alberto Lako y Patxi Rípodas, es la primera vez que bailaron el ya mencionado Baile de la Era, en un espectáculo que se celebró en el frontón Galarreta de Hernani junto a otros conjuntos de Euskal Herria.

Además de por los inevitables altibajos, la década de los 80 se caracterizó por la diferencia generacional entre sus componentes. Inma Beroiz y Amparo Sarriés recuerdan todavía con cariño cómo “los más mayores, en las salidas, hacían las veces de segundos padres”.

Un encuentro intergeneracional que volverió a repetirse y durante el que, a buen seguro, actuales dantzaris como Saioa Sarasa, escucharon de los más veteranos antiguas anécdotas y experiencias con las que enriquecer su aprendizaje.

Komunikabidea: Gara
Argazkiak: Fran Larrea

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