oml_0150.jpg_20140809132842_18295_1Acostumbrados como están a salir al balcón el día del chupinazo por su condición de empleados municipales, Javier Mina y Andrés Aquerreta (también bombero) lo vivieron este sábado de forma especial como protagonistas que iniciaron las fiestas, junto al tercer personaje de la mañana, Javier Goñi, miembro de la DYA, a quien correspondió de común acuerdo dirigirse a sus vecinos. Lo hizo con los vivas y goras tradicionales y confesados nervios en los primeros momentos. ”He sentido un subidón total, y casi me he quedado en blanco de la emoción de ver a tanta gente esperando que saliéramos”, expresaba Goñi, después de vivir el momento esperado.

El de ayer en Aoiz fue un cohete compartido, repartido y merecido, y se reflejó en la gran afluencia de vecinos y vecinas que acudieron a la plaza de la Villa, con pañuelos, ikurriñas y pancartas para iniciar las fiestas. Acudieron tranquilos y sin acompañamiento alguno. “No lo necesitamos. Somos una familia”, expresaba Aquerreta en perfecta sintonía, bomberos, DYA y empleados municipales. Antes y después del chupinazo, él y Mina se ocuparon de la limpieza de los restos de la noche del viernes. Goñi se reservaba para la noche. Los tres compaginarán fiesta y trabajo por su condición de vecinos, voluntarios y empleados, como lo vienen haciendo desde hace varios años; algo que la gente sabe de sobra y que les ha hecho merecedores del reconocimiento de este sábado. “Tocaba casi por obligación. Son muy buena gente y unos trabajadores excepcionales”, afirmaba el alcalde, Unai Lako.

Vivirán estos días entre su labor y la fiesta, y sacarán hueco para “su momentico”. Goñi se decanta por el lunes, almuerzo con sus compañeros de la DYA y los vecinos del Che, el bar de enfrente. “Trabajar y disfrutar es complicado, pero más lo es hacer entender que el consumo tiene que ser consciente”, comentaba con conocimiento de causa en referencia a las drogas y broncas. Igual opinaba Mina. “Es duro trabajar en fiestas. Yo me quedo con los almuerzos de la cuadrilla, y echo en falta el ambiente de cuadrillas de antes, con su música de acordeón llenando las calles”. Aquerreta, por su parte, elegía la víspera del cohete. “Ese momento en el que te quedas tranquilo disfrutándolo con los amigos. Sabes que todo está preparado y organizado para pasarlo bien”. Como bombero, además, alertaba del peligro de petardos y fuegos, y pedía cabeza para su uso.

Puesto el motor de las fiestas en marcha, la txaranga Bilaketa y los gaiteros vibraron en la plaza de la Villa, y los bailes de gigantes se estrenaron en fila, llevándose con ellos la fiesta para otras calles. En el interior del ayuntamiento, los anfitriones agoizkos, alcalde y concejales, saludaban a sus numerosos invitados representantes de: Oroz Betelu, Arce, Aezkoa, Burguete, Lerga, Lizoáin-Arriasgoiti, Lumbier, Izagaondoa, Urraúl, Villava, Berriozar, Valle de Egüés, y los parlamentarios, Miren Aranoa, Xabi Lasa, junto a Txelui Moreno, quienes compartieron alegría y el lunch de fiestas.

Texto: Marian Zozaya
Foto: Oskar Montero
Komunikabidea: Diario de Noticias

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