Lusarreta, una atractivo lugar en el Valle de Arce-Artzibar

Hórreo y, al fondo la iglesia. (M.SAGÜÉS)

Hórreo y, al fondo la iglesia. (M.SAGÜÉS)

Lusarreta (Merindad de Sangüesa; y a 47 km al NE de Pamplona) es uno de esos pueblos que tienen el don de transportarte con su belleza y misterio a las entrañas de nuestro viejo Reyno. El propio significado de su nombre, Tierra(s) Vieja(s), de las voces euskaldunes lur, tierra, za(h)ar, vieja y -eta, sufijo que indica lugar, hace pensar que nos encontramos con algo más profundo que las raíces de nuestra historia; descubrimos la propia tierra en donde enraíza y prende la mismísima esencia de Navarra. Pasear por la pequeña llanada o altozano donde se asienta su caserío, otrora numeroso, hogaño con dos antiguas hermosuras perfectamente acicaladas, es un delicioso alimento para los sentidos. Si se quiere respirar y atracarse de la auténtica esencia vasconavarra… Lusarreta y su entorno es una pintiparada opción. Aún así los sentimientos, este lugar y otros de este valle, que hacen de nexo natural entre el prepirineo y los propios Pirineos, sufren la despoblación y, en notable medida, el abandono de las instituciones. Los esfuerzos particulares y del ayuntamiento son los que más aportan al mantenimiento de la vida, del espíritu y de los cimientos principales del valle.

Lusarreta, situado a una altitud de 835 m, es un norteño y antiguo lugar con señorío realengo y concejo del Valle de Arce con una extensión de algo más de 4 km2, regados por el barranco Meatzerrekalde, que se entrega un km más abajo al eje del valle, el río Urrobi. Sobre su clima Madoz aseveró que “es frío, propenso a inflamaciones y catarrales”.

Sus primeras noticias se remontan al siglo XII. Desde 1990 se extingue como concejo y pasa a ser lugar. A finales del XIX perdió ante Bizkarreta-Viscarret y Mezkiritz ser la ruta principal para ir desde Erro hasta Auritz-Burguete y Orreaga-Roncesvalles. Consta que el camino por Esnotz-collado de San Paul-Lusarreta siguió utilizándose, pero cada vez menos. Hoy, esta ruta, tan tranquila como fascinante, la siguen tomando algunos erroibartarras en su romería a Orreaga-Roncesvalles.

Lusarreta tuvo alrededor de 50 habitantes durante un siglo, de 1850 a 1950. Desde entonces, se fue despoblando. En la actualidad están empadronadas ocho personas. El sector único y primario está reducido a la cría de una punta de yeguas y el autoabastecimiento con huertas, patatas y algún frutal.

Todo lo relacionado con Lusarreta y Artzibar está perfectamente estudiado y documentado por José Etxegoien. Este apasionado colega geógrafo e historiador y magnífico fotógrafo de Garralda es el alma mater de la espléndida página que el Ayuntamiento del valle tiene en Internet (valledearce.com o artzibar.com) y donde se puede estudiar su naturaleza, fauna, historia , costumbres y sus rutas por el puerto de San Paúl y Bordegaina, por sus antiguas canteras de cobre y hierro, por sus cuevas, como la de Lezestali y otras muchas por explorar.

HÓRREO Y SAN ESTEBAN. Por su belleza y valor patrimonial destaca en Lusarreta el hórreo de la casa Gardorena. Fue descubierto por el etnógrafo Fermín Leizaola en 1973; estaba en mal estado y su estructura, distorsionada. Fue declarado bien de interés cultural en 1993. Hoy, después la profunda restauración de Príncipe de Viana a mediados de la pasada década, se puede disfrutar de él, exento, lucido de piedra, traza y techumbre, y esplendoroso en su conjunto. Su cuadratura es de 5 por 5 m, con ocho arcos, dos por lado, que tienen una altura de 2,40 m. Su preceptivo tornarratas es corrido por los 20 m. de su perímetro. Su datación no es clara, pero es medieval. Su portalada, del siglo XVI, acoge un arco decorado con bolas y rematado con una cruz y estrellas de seis puntas.

La iglesia de San Esteban se encuentra cerrada, aunque conserva mobiliario, imaginería, campanas y enseres que todavía luchan con añejo romanticismo contra la crueldad de la despoblación y el paso del tiempo. Se le supone del año 1200. Está establecida en nave irregular de tres tramos desiguales y cabecera recta. Contiene dos capillas laterales que proporcionan a la planta forma de cruz. La cubierta es de bóveda de cañón y está reforzada con arcos fajones. Una de las capillas es del siglo XVI y la sacristía, situada detrás de la cabecera, es del XVII. El pequeño coro es de madera y se apoya en una enorme viga; otras vigas pequeñas están ornamentadas con coloreadas cabezas humanas y de animales. El retablo del presbiterio es de estilo rococó (siglo XVIII) y está pintado imitando al mármol. Mantiene una pila bautismal de piedra de su primera época; junto a ésta cuelga un expresivo Cristo de siglo XVII. Las tallas son las de Santa Bárbara, San Antón y San Fco. Javier. En la sacristía hay una cajonera de frente dorado y un singular copón de madera.

SU CASERÍO. En perfecto estado se encuentra Casa Gardorena, propietaria del hórreo, en la que habita Asun Espinal; y Casa Garaiko, de los hermanos Luis y José Dufur, ambas se chulean canas, esbeltas y con rúbrica azul rey en sus lienzos más vistosos. Hubo hasta 6 casas habitadas en épocas no muy lejanas: O. Ibarra da cuenta de ellas en 2002 con sus distintos nombres desde el s. XVII: Abadía y Casa Abazial; Garaycoa, Garaicoa y la actual Garaiko; Luxearena y Luzea; Gardurena, Casa Garde y la actual Gardorena; Mutilarena; y Loperena.

Komunikabidea: Diario de Noticias

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