“Aoiz era antes mucho más pueblo que ahora. Nos conocíamos todos. Hoy no tanto. Se nota que hemos crecido”. Juana Mari y Adela Ichaso Cía son dos hermanas de Aoiz “de las que quedan pocas, nacidas en el propio pueblo”. Lo hicieron, hace 79 y 74 años, “en una casa del pasadizo antiguo, hoy Pasaleku”. Vecinas de una villa que en los años 80 y 90 del siglo XX se movía entre los 1.800 y los 1.900 habitantes, pero que a partir de 2003, cuando subió ya a 2.001 empadronados, no ha dejado de crecer. Ahora ha roto una nueva barrera, superando los 3.000 vecinos.

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