Aoiz late de nuevo con un pálpito común y vuelve a respirar el aire de un ambiente difícil, de impotencia, tristeza y rabia. Esta vez toca sufrir con el anuncio del cierre de la planta de palas de Siemens Gamesa que, de llevarse a cabo, incidirá directamente en el empleo y repercutirá de forma importante en su Ayuntamiento, establecimientos y otros servicios de la localidad y de sus alrededores.

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