Noche de kaskabobos y maskaritas
Kaskabobos y maskaritas, los tradicionales personajes del carnaval agoizko, abrieron ayer por la tarde la fiesta de invierno en la localidad, cuando irrumpieron ya de noche por la calle que lleva su nombre, a la plaza del Mercado.
Alrededor de Angiluerreka Elkartea y al amparo del grupo de danzas local, las figuras de un carnaval histórico se multiplican por la villa en la primera tarde noche , y con ellas se revive una vieja leyenda que ha propiciado que la calle por donde aparecen permanezca cerrada durante todo el año, salvo de sábado a martes de carnaval: un ajuste de cuentas que tuvo lugar en ella y se cobró una vida aprovechando una noche de disfraces.
Zirikio y Kapusai representan a los protagonistas de una historia que ha marcado durante mucho años a la vía, considerada maldita en otro tiempo, cerrada para siempre en su entrada y salida con los propios adoquines del suelo, haciéndola desaparecer hasta que hace cinco años resurgiera en el empeño de esta sociedad por recuperarla.
Kaskabobos y maskaritas visten según manda la tradición con los trajes copiados de los agoizkos que los guardaron en sus baúles en aquellos largos años, desde la guerra hasta bien entrados lo setenta.
Maskaritas con largos vestidos de flores, sombreros de paja y gasa en la cara. Kaskabobos, como arlequines con pantalón y camisa de dos colores, sombrero a lo Mielotxin, que persiguen y golpean a los espectadores con una media de lana rellena de trapos.
Txistularis, Txaranga Bilaketa, zanpanzar, gigantes, gaiteros y trikitrixas les siguen en otras ocasiones, aunque ayer el acto se acortó un tanto deslucido por la lluvia.
El martes Zirikio y Kapusai acabarán quemados en la hoguera. Con ello se purifica la calle en la que sucedió la tragedia, que permanecerá cerrada hasta el próximo año.
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