La pequeña invasión dantzari

Txistus, tambores y aplausos retumbaron en las calles del Casco Viejo de Pamplona, llamando la atención de los paseantes que disfrutaron de esta soleada e invernal mañana de domingo.

A las 11 horas, los diez grupos de dantzas tradicionales se dieron cita en el paseo Sarasate para iniciar la kalejira del Encuentro de Dantzaris Txikis 2008. De un lado, Larratz de Burlada, Paz de Ziganda, Agoitz, Elordi de Zizur y Oberena emprendieron su recorrido hacia la plaza San Francisco, donde realizaron, al compás de la música, los pasos de Uztai, Matelota, Boastitzea, Baxe Nafarroa, Zazpi Iauzi, Zortziko, Bollant Dantza, Orpo Punta e Iribas.

Por su lado, los miembros de Haritzi de Barañáin, Muthiko Alaiak, Hulargi de Berriozar, Ardanzeta de Noáin e Iruña Taldea se dirigieron hasta la plaza de Los Burgos, subiendo por la calle Estafeta, al ritmo de Txulalai, Zazpi Iauzi, Zapatagin, Egi, Ostalerrak, Iribas, Olagüe, Valcarlos y Matelota.

Tras el merecido almuerzo para reponer fuerzas, la fiesta de los más pequeños dantzaris por las calles de Pamplona alcanzó su punto álgido a las 13 horas, cuando los dos grupos se reencontraron en la plaza del Castillo rodeada por las casetas del mercadillo de Navidad.

Las cuatro bandas de Larratz, Oberena, Muthiko y Ardanzeta tomaron el kiosco para tocar sucesivamente las dantzas, mientras los grupos formaron rondas. Los pasos y giros de Ipurdi Dantza, Zazpi Iauzi, Sorgin Dantza, Txontxogilo, Axuri Beltza y Gorulari ejecutados por los txikis ante la orgullosa mirada de sus padres hicieron que el ambiente festivo de la concurrida plaza pamplonesa rebotara por todas los rincones, llamando la atención de todos los presentes.

Algunos con el rostro serio y muy pendientes del número de saltos de Zazpi Iauzi, otros más revueltos y con ganas de juego, todos los txikis demostraron su talento, formando una marea de txapelas negras y de pañuelos blancos.

La celebración itinerante creada en los años 80 por la Federación de Dantzaris de Navarra / Euskal Dantzarien Biltzarra es una festiva excusa para reunir a todos los grupos federados en la Comunidad Foral y compartir las tradicionales danzas en familia.

El evento viene a ser una versión breve del conocido Dantzari Eguna que ocupa una mañana entera. Si en Pamplona las calles de la parte antigua fueron el escenario de este primer encuentro, las celebraciones realizadas en pueblos de un mismo valle reúnen a los diferentes grupos en la localidad más grande para culminar la fiesta de la dantza.

La federación cuenta con unos 30 grupos de dantzaris repartidos en toda la geografía navarra. El encuentro pretende acercar al mayor número de personas a la música y bailes de las dantzas tradicionales, como patriminio cultural.

La plaza del Castillo se convirtió por una hora en un microcosmos de acogedora alegría y de tiernos recuerdos de la infancia, además de convertirse en el preludio de las próximas fechas navideñas así como inicio de las deseadas vacaciones escolares.

Testua: Diario de Noticias
Argazkiak: Kmk

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